martes, 19 de agosto de 2014

Un duro revés.

24 de enero de 2011. Después de lo sucedido aquella fría noche, no volví a saber nada de ella. Todas y cada una de las noches esperaba que cruzara la puerta del club y saber de ella...Pero lo más importante de todo, hacerle una pregunta que me lleva rondando la cabeza durante todo un mes... ¿Eres de las personas que piensa que podría reconocer a su media naranja con un golpe de vista?


Hoy tenía lugar un evento muy especial, ya que era el cumpleaños de la hija de Ernesto, uno de los principales peces gordos de esta ciudad e íntimo amigo y socio de nuestro jefe...Un gran empresario, intachable y muy dado a ayudar al prójimo...Pero este cumpleaños no iba a ser uno cualquiera no, tenía que estar marcado por cada una de las pautas de su querida niña... Uno de los platos fuertes de la noche era que TODOS teníamos que ir disfrazados, hasta nosotros, los camareros...La fiesta estaba ambientada en la edad media, donde los hombres debían vestir de caballeros y las mujeres de princesas... ¿Que puede haber mejor?

Dadas las nueve de la noche, los primeros invitados comenzaron a llegar mientras Javi y yo nos disponíamos a ponernos los disfraces y hacer el mayor de los ridículos...
-Se sinceró Javier... ¿Somos patéticos verdad?...Dije mientras me abrochaba el ultimo botón de la camisa...
-Sí, pero tú pareces todavía más patético que yo. Dijo Javi entre risas.
-¿Crees que vendrá? Pregunté.
-¿Quién?...
-Ya sabes...Ella.
-¿Aún sigues con eso? Lo mejor será que bajes de esa nube y vuelvas a la vida real. Olvídala tío.
-Creo que tienes razón, ya ha pasado mucho tiempo...
-Mira, esta noche intentaremos pasarlo lo mejor posible...Ahí fuera tenemos miles de doncellas ricachonas dispuestas a ser conquistadas...
-Está bien, te hare caso. ¡Vámonos de caza!



Tal y como dijo Javier, el bar estaba llena de tías ricachonas dispuestas a todo...En menos de cinco minutos Javi ya tenía a cinco tías sentadas en la barra bebiendo chupitos de sus abdominales...
Tengo que decir que todas eran muy guapas pero ninguna como Lucy...No sé porque, mi mente intentaba recrear aquella noche constantemente, como si quisiera decirme algo...

Fue entonces cuando a unos metros por detrás de mí oí una risa...Una risa muy familiar...Al darme la vuelta pude saber quién era...Si, era ella. Aquella sonrisa era inconfundible...Ella era la luz de aquel oscuro lugar...No era una princesa, era mi princesa, aunque solo fuera en mis sueños...

En ese momento me puse muy nervioso. Las manos me sudaban, el corazón me latía a mil por hora... No sabía cómo reaccionar y mucho menos como reaccionaria ella al verme... ¿Se acordaría de mí? ¿Del chico que le salvó la vida?...

Estaba decidido. Fui directamente hacia donde estaba ella...

-¿Lucy? 
-Hola Rodrigo...Dijo ella.
-¿Todavía recuerdas mi nombre?...Pregunté.
-Cómo no voy a acordarme. ¿Acaso no me salvaste la vida?... Dijo entre risas.
-Ya...
-Pareces todo un caballero. Dijo ella.
-Que no te engañe mi disfraz...Tu estas preciosa, bueno, siempre lo estás...Quiero decir...
-Tranquilo Rodrigo, no te pongas nervioso... Dijo mientras tomaba mi mano.
-¿Te apetece tomar algo?...Pregunté.
-No, ahora no puedo. Es el cumpleaños de mi hermana y no puedo dejarla sola...
-¿Así que la cumpleañera es tu hermana? Vaya, este mundo es un pañuelo...
-Sí, jajaja. Bueno, tengo que irme, me están esperando en el reservado de la planta de arriba.
-¡Espera, no te vayas! Dije mientras agarraba su mano fuertemente...
-¿Que pasa Rodrigo?...Preguntó.
-Necesito hablar contigo...Aquella noche me quede con ganas de saber sobre tú. 
-Está bien. Quedamos en el mismo sitio donde nos conocimos a las doce en punto. ¿Estarás?...Preguntó.
-Sí, claro que sí. Ahí te espero...



Aquellas tres horas se hicieron interminables...Cinco minutos antes de que dieran las doce, decidí subir a esperarla. Estaba todavía más nervioso que antes... ¡Para mí era como una cita, mi primera cita!
Y así, cuando el reloj marco las doce en punto, alguien llamo a la puerta...
-¿Rodrigo? ¿Estas ahí?...Preguntó Lucy.
-¡Sí! ¡Pasa, por favor!

Una vez juntos en la azotea, decidí sentarme a su lado...
-Bueno... ¿De que querías hablar Rodrigo?...Preguntó Lucy.
-Pues, voy a ser sincero. Desde el día en que te conocí no he vuelto a ser el mismo. Llámalo casualidad, llámalo destino, pero ya nada ha vuelto a ser como antes... No he dejado de pensar en ti. Al principio pensé que era una tontería, como un capricho...pero no. Sé que es algo más fuerte que todo eso...Mi pregunta es... ¿Tú también has sentido esto por mí?
-¿Y de que serviría decirte que sí? Preguntó ella...
-¿Como que de qué? Pues si es así, todo cambiaria, mi mundo cambiario...Sé que eres una desconocida y que no llevamos ni una hora conociéndonos, pero creo en el amor a primera vista. Déjame ser parte de tu vida, déjame pasar la eternidad a tu lado...
-No puedo Rodrigo. Como ya te dije hace un mes, mi mundo ya tiene un futuro en el cual no existes tú. Debería irme Rodrigo...Lo mejor será que no nos volvamos a ver...


Fue en ese momento cuando agarré de la mano a Lucy fuertemente contra mí y dije...
-Dime que no me quieres, ¡Dímelo y te dejare ir!...Dime que no quieres volver a saber nada de mí y nunca volverás a saber de mí, te lo prometo. 
-No me hagas esto Rodrigo, no puedo decírtelo...
-¡Dímelo!

Entonces alguien llamó a la puerta...
-Lucy, cariño... ¿Estás ahí? Soy yo, Daniel...

-Rodrigo yo...
-No digas nada. Dije
-Lo siento Rodrigo... Dijo Lucy mientras se alejaba de mí... 



En aquel momento mi corazón se rompió en dos...No podía hablar, ni simplemente llorar...Solo quería olvidarme de aquel desafortunado amor.

El tiempo hará que me olvides, pero a mi el mismo tiempo me hará amarte más que antes.



 

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